CONCLUSIÓN
En el marco de la reforma del sistema educativo en
nuestro país, se ha propuesto a las instituciones educativas la elaboración e
implementación del Proyecto Educativo Institucional (P.E.I.) como una
construcción específica y particular de cada escuela, fruto del trabajo
conjunto de todos sus miembros. Según el Ministerio de Educación de la Nación,
el "P.E.I. es un instrumento que explicita y comunica una
propuesta integral para dirigir y orientar de modo coherente e integrado los
procesos de intervención educativa que se desarrollan en una institución
escolar”.
Existen diferentes maneras de definir al P.E.I., tantas como autores que abordan esta temática:
M. Rossi y S. Grinberg proponen tres perspectivas
teóricas basadas en la división que realiza Popkewitz a partir de los tipos de
racionalidad: el técnico-racional, el interpretativo-simbólico y el
socio-crítico. Cada uno de estos supuestos teóricos establece concepciones
diferenciadas y opuestas, lo que no significa que estos rasgos convivan en la
escuela, ya que debemos tener presente que la misma es más compleja que las
teorías que intentan explicarla.
La definición de la institución como unidad de
cambio y como consecuencia la elaboración del proyecto educativo institucional
basado en la necesidad de generar en las escuelas proyectos transformadores e
innovadores, se encuentra en la base de los cambios propuestos para la
organización y la gestión institucional. Sin embargo, la concepción que tengan
los directivos y docentes puede obstaculizar o impedir su concreción.
Para que el P.E.I. sea el eje de la gestión institucional debe ser una construcción a partir de la intervención y participación de todos los actores institucionales. Las diferencias individuales de quienes participan pueden, no obstante, presentar fracturas o tensiones que es necesario resolver.
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